Besullo – Bisuyu. Cangas del Narcea

Asturias

Besullo es mundialmente conocido por ser el pueblo natal del dramaturgo de la generación del 27 Alejandro Casona. Pero su historia y su singularidad va mucho más allá. Desde los antiguos pobladores celtas, pasando por la presencia romana en los siglos I y II, la fundación en el siglo IX del monasterio benedictino de San Martín de Besullo, el auge de la industria de la forja del hierro desde mediados del siglo XVIII hasta bien entrado el siglo XX… y así hasta la fundación en el pueblo de la primera congregación protestante de Asturias en 1871, Besullo ha resplandecido con luz propia toda su historia. De los muros de la escuela evangélica salieron figuras tan prestigiosas como Marina Rodríguez, la primera mujer licenciada en Farmacia en la historia de España, o los hermanos Rodríguez-Castellano, filólogos, catedráticos, historiadores, bibliotecarios… Lorenzo Rodríguez-Castellano fundó y dirigió la primera biblioteca pública de Oviedo y colaboró con Menéndez Pidal en la elaboración del Atlas Lingüístico de la Península Ibérica. Su hermana Caridad fue catedrática de Filología en la Universidad de Columbia y Juan, además de catedrático en distintas universidades de EEUU, editó en este país toda la obra de Buero Vallejo o de Alejandro Casona.

Pero aún hay más: Besullo acogió, en 1872, la formación de una de las primeras cooperativas industriales en el ámbito rural de España, la Sociedad Industrial de Besullo, avanzando así en progreso económico, derechos laborales y bienestar social.

Alejandro Casona y su familia trajeron a Besullo y su parroquia, entre 1932 y 1934, las Misiones Pedagógicas de la II República, contribuyendo a un desarrollo educativo y cultural formidable y creando en el pueblo una tradición pedagógica que aún hoy se mantiene.

Hoy, el Centro de Recepción de Visitantes Alejandro Casona mantiene vivo todo el legado de la historia de Besullo, a través de sus visitas guiadas al pueblo y al Mazu d’Abaxu, la antigua herrería hidráulica del siglo XVIII que se mantiene en pie y en funcionamiento, así como con la organización y planificación de numerosas actividades culturales, sociales y lúdicas a lo largo de todo el año.

Porque hoy Besullo mira al futuro con la misma pasión que forjó una historia deslumbrante.

Pueblo candidato a

Premio Mejor Pueblo Cultural

Besullo hunde sus raíces en los asentamientos prehistóricos cuyos restos se localizan en las proximidades del pueblo, en la Sierra Cazarnosa y en las proximidades de Trones. Posteriormente, el asentamiento pésico (pueblo celta que ocupó el suroccidente asturiano) del Castiel.lo, el risco en el que hoy se levanta la Ermita de La Magdalena dejó también unos restos que no se han excavado aún. Del Monasterio de San Martín de Besullo no quedan más restos que una pila bautismal de piedra tallada del siglo XII junto al altar mayor de la actual iglesia parroquial, pero también la tradición del cultivo de la vid y la elaboración del vino. La Casona de Besullo, la casa palaciega de los Llano-Flórez, nos recuerda en sus ruinas imponentes un pasado de grandeza y nobleza que se remonta hasta el siglo XVI, cuando esta familia noble estableció su casa solariega en Besullo. Estamos intentando recuperar para su visita la capilla evangélica, el templo de la Comunidad Protestante que funcionó también como escuela desde 1871 hasta los años 60 del siglo pasado, cuando se construyó la escuela nacional en el pueblo. La tradición ferreira de Besullo es otro de los pilares fundamentales del desarrollo del pueblo, con la conservación y mantenimiento del antiguo Mazu d'Abaxu, la última de las antiguas herrerías hidráulicas que queda en pie en Besullo, de las cuatro que llegó a tener durante el siglo XIX. Por su parte, el legado de Alejandro Casona se está manteniendo y promoviendo mediante la organización, a lo largo de todo el año, de eventos culturales relacionados con su figura y su obra. En este sentido, es muy importante reseñar la recuperación del espacio que constituye la ruina de La Casona, que ardió en 2006, como lugar de referencia social y cultural del pueblo, donde poder organizar eventos teatrales, literarios y culturales, pero también como espacio de encuentro social y de implantación de actividades y rutinas socio-sanitarias, un aspecto importantísimo en un pueblo con una población notablemente envejecida.
A todo esto tenemos que añadir una colección sobresaliente de elementos etnográficos importantes, como sus 25 hórreos y paneras, que se reparten por todo el pueblo, algunos de ellos del siglo XVIII, y que mereció un premio en los años 70 del siglo pasado como mejor conjunto de hórreos y paneras de Asturias.

En cualquier caso, tanto la herencia cultural, industrial y educativa de Besullo, como el propio legado que Alejandro Casona dejó en su pueblo natal, así como las numerosas actividades que el vecindario organiza y programa a lo largo del año, hacen de Besullo un pueblo digno de reconocimiento en el aspecto cultural y de desarrollo social.

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