Guardamar del segura

Alicante

Al sur de la provincia de Alicante, Guardamar del Segura posee una belleza paisajística única. Gracias a su privilegiada localización junto a la gola del río Segura, Guardamar alberga un legado milenario de una extraordinaria riqueza cultural: fenicios, íberos, romanos y árabes entre otros, dejaron su impronta en nuestra localidad a través de yacimientos arqueológicos de los que pueden disfrutar y que nos han situado en el mapa cultural autonómico.

A esta rica herencia histórica la envuelve un entorno medioambiental y marítimo singular que son parte de nuestra seña de identidad: una extensa pinada –que constituye un pulmón natural en la comarca– y las dunas de arena dorada bañadas por las aguas del Mediterráneo.

Pueblo candidato a

Premio Mejor Pueblo Cultural

Una ruta por el patrimonio arqueológico e histórico de Guardamar supone un viaje en el tiempo a lo largo de treinta siglos. Muestra de ello son el Cabezo Pequeño del Estaño o la ciudad portuaria de la Fonteta, pues ya en el siglo IX a. C. los fenicios apreciaron las posibilidades de nuestro entorno, asentándose en él durante 400 años. A esta cultura le siguió la íbera que nos brindó nuestro mayor tesoro: la Dama de Guardamar. Del mismo modo, los romanos eligieron nuestra costa como punto de intercambio comercial como bien se muestra en el yacimiento del Motncaio.

Varios siglos después –en un contexto bélico sin igual– llegaron los árabes a Guardamar, erigiendo la magnífica Rábita Califal un complejo de oración y acogimiento de peregrinos, pero también de vigilancia ante posibles ataques del enemigo. Esta joya arqueológica por su singularidad está declarada Bien de Interés Cultural (BIC). Esta distinción también la tiene el Castillo y antigua villa amurallada fundada por Alfonso X El Sabio en el 1271. Allí se asentó el pueblo de Guardamar –siendo testigo de innumerables conflictos políticos y bélicos por su localización estratégica– hasta el año 1829, cuando el pueblo fue arrasado por un terremoto y forzó a sus habitantes a trasladarse a su ubicación actual.

Cabe también mencionar allí donde se enmarca toda esta herencia cultural, el Museo Arqueológico de Guardamar (MAG) y la Casa-Museo Ingeniero Mira, donde el visitante descubrirá el valor natural de la pinada y su papel fundamental en la supervivencia de nuestro pueblo.


Premio Mejor Pueblo Marítimo

La singularidad de las playas de Guardamar reside en que, junto a la pinada, forman un gran parque litoral. Detrás de una extensa playa de 11 km –cerca de 2 km al norte del río Segura y 9 km al sur– se extiende un bosque dunar de 800 hectáreas, cuya amplitud máxima es de 1.400 metros. Sus 8 playas, 4 de ellas con bandera azul, son visitadas los 365 días del año por visitantes de todas partes del mundo.

El tramo final del río Segura y su desembocadura o Gola configuran un espacio natural singular. La vegetación existente facilita el anidamiento y estancia de aves acuáticas como la garza real, la garceta, la cigüeñuela o el martinete. También cabe resaltar el paraje conocido como La Marrada del Riu Vell, un tramo protegido del antiguo cauce del Segura.

Guardamar posee una arraigada tradición pesquera. El puerto deportivo y pesquero “Marina de Las Dunas” se caracteriza por la tranquilidad que se respira en sus instalaciones donde, tras una larga travesía, se puede descansar contemplando las dunas, la pinada y el mar mientras se deleita con una agradable cena en su restaurante. Su Centro de Ocio ofrece una amplia gama de deportes náuticos: vela, windsurf, esquí acuático, submarinismo, piragüismo o motonáutica, así como escuelas y cursos de vela, concursos de pesca y regatas organizadas por el Club Náutico. Dentro de sus instalaciones se encuentra la Lonja Pesquera, donde tiene lugar la subasta del pescado, abierta a todo tipo de público que desee comprar pescado fresco y langostinos –nuestro producto estrella junto con la ñora– directamente del barco.

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